Dada la gran cantidad de variables involucradas en el desarrollo y la propagación de la corrosión microbiana, los métodos exactos para la prevención y el tratamiento variarán según el entorno, los procesos y los materiales involucrados.
Sin embargo, estas cuatro consideraciones ofrecen excelentes bases para cualquier plan de prevención y control de la corrosión microbiana:
Considere siempre los materiales: elegir las aleaciones ideales para evitar los tipos de corrosión comunes en su industria o entorno operativo es esencial. Por ejemplo, los grados de acero inoxidable austenítico hiperdúplex, superdúplex y de alta aleación ofrecen una excepcional resistencia a la corrosión influenciada microbiológicamente en operaciones con agua de mar.
Limpie mecánicamente cuando sea posible: si bien los métodos exactos deben tener en cuenta los requisitos de la industria, el acabado de sus tuberías o productos de contención y la seguridad ambiental y de los trabajadores, la limpieza mecánica de todas las superficies puede reducir drásticamente la posibilidad de formación de biopelículas y prevenir la aparición de corrosión microbiana. .
Implemente rutinas de tratamiento con biocidas: el control de las poblaciones bacterianas también es esencial para prevenir la corrosión microbiana. Todos los tratamientos deben considerar la influencia en los niveles de resistencia creados por biopelículas, focos de concentración y variables ambientales cambiantes.
Drene y almacene los componentes secos cuando sea posible: si bien no siempre es el factor más crítico para iniciar un ataque de corrosión microbiana, casi todos los escenarios involucran humedad. Cuando sea factible, vaciar y almacenar tuberías, bridas, recipientes de contención y otros componentes de acero al carbono o acero inoxidable en ambientes secos puede evitar posibles problemas de corrosión bacteriana.