Monel es más fuerte que el acero y es un material dúctil y resistente a la corrosión. Además de una excelente resistencia a los medios alcalinos, la aleación también tiene una buena resistencia a los ácidos altamente corrosivos, como el ácido fluorhídrico y el ácido sulfúrico.
Las aleaciones de cobre-níquel de Monel son muy eficaces en aplicaciones de ingeniería marina debido a su alto contenido de cobre. El contenido de cobre también le da cierta resistencia, por lo que el componente Monel funciona bien en soluciones salinas.
Por otro lado, la aleación Hastelloy tiene buena resistencia a la corrosión en soluciones ácidas. Estos ácidos corrosivos incluyen soluciones de ácidos sulfúrico, nítrico, clorhídrico, fluorhídrico y crómico. En particular, la resistencia de estas aleaciones al ácido sulfúrico es una importante contribución a la industria basada en procesos, ya que pocas aleaciones presentan una buena resistencia a este ácido.
Otra propiedad importante de esta aleación es su excelente resistencia al agrietamiento por corrosión relacionado con la tensión. Debido a su alto contenido de níquel, el material se puede utilizar a altas temperaturas. La adición de cromo a las aleaciones de Hastelloy mejora su resistencia a la corrosión por oxidación y las hace resistentes a la corrosión uniforme y localizada.